jueves, 5 de enero de 2006

A los Reyes Magos

Dijo un sabio que si nunca obtenemos grandes cosas, es solo porque no las pedimos. Hace muchos años que no les escribía, debe ser porque ya soy un hombre, no más un niño. La verdad no me puedo quejar, porque me cumplieron bastante bien en general. Me acuerdo del último regalo, esa bicicleta de carrera azul que tanto quería, que amaneció en el pasillo de mi casa, frente a la puerta de mi habitación.
Esta vez les quiero pedir muchas cosas. No solo para mí, sino en nombre de toda la humanidad. Se que desde que El era bebé, tienen una buena relación con Jesús, por eso tal vez me ayuden para que mis sueños se realicen.
Para no perder la magia del 6 de enero, en primer lugar, quiero pedirles algo para los niños. Me gustaría que todos ellos tuvieran por lo menos un juguete. Pero todos, los que viven en países desarrollados y los del subdesarrollo. Pero sobre todas las cosas, que todos disfruten de la infancia. Que no tengan que trabajar para sus padres o porque no tienen para comer. Que los chicos estén con sus papás en sus casas y que vayan a la escuela, no a un semáforo a pedir monedas.
Quiero pedirles que cuando los nenes vayan a la escuela, se queden hasta 5º año del secundario y que salgan educados, mejores personas. Y que las escuelas sean lugares lindos para estar, no que sea solo por obligación quedarse.
Me gustaría que las enfermedades curables no sean causa de tristeza en las familias. Ojalá pudieran hacer que haya remedios y enfermeros en todos los pueblitos del país, no solo en la capital, amontonados en las farmacias de la ciudad y los grandes hospitales.
Para nosotros, los grandes, tengo infinidad de cosas que solicitar, no se por donde empezar. Tal vez lo primero sería que seamos menos egoístas. Nosotros le enseñamos a nuestros hijos a compartir, pero no lo ponemos en práctica. ¿Saben cuánta plata gasté estas fiestas? Ni se imaginan. Y no fui capaz de darle 50 centavos al chico que me “cuidó” el auto, mientras yo gastaba mi aguinaldo en el supermercado. También vi a un hombre que salía de un shopping con las manos cargadas de regalos, comida y bebida, y se enojó porque un niño de la calle le pidió un poquito de gaseosa a su hijo. Así que, van a necesitar muchas dosis de amor hacia el prójimo para traer a estos lugares.
Por último, quiero pedir dignidad para los hombres que nos gobiernan. Porque yo veo que ellos tienen sueldos de varios miles de pesos, y solo se acuerdan de los pobres antes de las elecciones. Claro, porque pobres o ricos, igual votan. Solo que los que menos tienen, son más fáciles de comprar. Los veo que pasan horas y horas discutiendo tonteras o peleándose entre ellos, mientras la mitad del país no deja de pasar hambre.
Espero no haberme excedido en mis demandas. Igual no son cosas tan difíciles de conseguir, solo que es raro que las pidan. Debe ser porque siempre solicitamos juguetes o regalos materiales, que no nos dimos cuenta que con eso no solucionamos nada. Tampoco somos conscientes de que hay millones a los que no les importa esta fecha, porque igual no reciben nada. Por eso, yo quiero pedir para todos: alegría, paz, paciencia, mansedumbre, generosidad y mucho amor. Tal vez, solo con más amor, el mundo sería más lindo.

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