lunes, 18 de julio de 2011

La "ópera misionera" resaltada en los medios nacionales

Transcribo la nota aparecida nada mas y nada menos que en el diario La Nación del 17 de julio de 2011. Un aplauso para todos los que hicieron posible que Misiones figure a nivel nacional... ¡y no por una carga de marihuana!

Opera de producción posadeña

El Centro del Conocimiento presentó una versión de Dido y Eneas realizada por su propio teatro.

El chirrido del disco de una amoladora se escucha desde algún lugar de este predio de varias hectáreas. Raro sería que no sonara algo así, porque este lugar no deja de ser ampliado. Hace algunos años, era un terreno lindero al aeropuerto de la ciudad con un viejo casino en el medio que se convirtió en el Centro Provincial de Convenciones y Eventos. Y comenzado el nuevo siglo, empezó a tomar su forma actual de Parque del Conocimiento. Hoy tiene, además de las tres salas para convenciones, un amplio espacio verde, una plaza seca, un lago artificial, proyectos bastante avanzados, como un observatorio a punto de ser terminado (solo le falta el telescopio) y una sala de cine con tecnología Imax, para ver películas 3D. Además, desde hace un lustro, hay una amplia actividad en el Centro del Conocimiento, hoy el edificio principal, que incluye salas de exposiciones, una biblioteca de cinco niveles y dos teatros, uno de prosa y otro para lírica.

"Menos «Bailando por un sueño», por acá pasa de todo", afirma con tono campechano Roque Gentile, presidente de Sapem, la sociedad anónima creada por el estado misionero, desde la que se administra todo lo que acá sucede. Gentile es un arquitecto platense radicado en Misiones hace 35 años. Fue diputado provincial, decano universitario y al terminar su mandato, hace un par de años, le pidieron que se hiciera cargo de este gigante que podría tener para este año un financiamiento total de 30 millones de pesos (dinero que se utiliza para producir actividades y pagar los sueldos de casi 340 empleados). Como buen político, dirá que la cifra es ínfima en relación con el presupuesto total de la provincia y con todo lo que allí se hace. A primera vista, nada lo desmiente. Si se hecha un vistazo a la programación del Centro, se verá que tiene actividades gratuitas casi todos los días.

LA NACION llegó hasta Posadas para ver la primera producción propia e integral de ópera que se monta en el flamante teatro lírico. Todo es nuevo y denota la frescura de un comienzo. Incluso, eso se percibe en el público. "Si les das cosas de nivel, te das cuenta de que la gente viene a ver todo", dice Emilio Rocholl, que además de ser director orquestal es el director de la sala lírica y la de prosa, que están ubicadas en el corazón del inmenso edificio del Centro del Conocimiento. Y Gentile agrega: "Viene más gente de los barrios alejados que del centro de Posadas. Lo hicieron propio, lo cuidan, no vas a ver ni una sola pared pintada con un grafiti".

Todo es nuevo. Ahora la ópera se cocina acá mismo, en los talleres del teatro, igual que las cerámicas que a metros de allí, en el subsuelo, se hacen dentro del programa de formación "Artes del fuego".

El teatro lírico se inauguró el 15 de junio con la actuación de Iñaki Urlezaga, para una versión de ballet de La Traviata. Y ayer culminó la serie de funciones de Dido y Eneas, primera producción totalmente propia del centro, con elenco local, coro, orquesta de cámara, dirección musical de Rocholl, puesta en escena de Bea Odoriz, y las actuaciones, en los roles principales, de Germán Alcántara y Alba Alvarez.

Todos están contentos. Odoriz comenzó a trabajar con este Centro el último año, para una puesta de La serva padrona, en el teatro de prosa. Explica que si bien no hay un equipo con larga experiencia, se encontró con gente con menos vicios actorales. "Son superfrescos. Lo que hace el coro no se ha visto nunca. Baila, corre, canta." Fresca, también, fue la jornada del jueves, cuando se realizó la tercera función. Afuera parecía una noche de verano, con unos 20 grados y una privilegiada vista de la ciudad. Adentro se percibía el frenesí, que no era de un debut, pero que seguía teniendo novedad.

En este Dido y Eneas, hay momentos muy convencionales de las puestas operísticas: esas situaciones de multitud festejando donde no falta la borrachera, los tropezones y las peleas de dos personajes que, entre el montón, tironean de una jarra de vino. Pero también hay escenas, como el conjuro de la hechicera y sus secuaces para maldecir el amor de Dido y Eneas, en las que, a partir de una original mirada de Odoriz, muchos elementos se amalgaman. El barroco es intervenido por guiños actuales en un muy buen consenso entre los instrumentos, las voces del coro, los solistas, las coreografías de Mónica Revinski, el vestuario y la escenografía de Ernesto Engel, y la iluminación de Fabricio Ballarati. Algo similar sucede con la obertura, con una resolución escénica cercana al trailer cinematográfico.

La versión es interesante. A la interpretación todavía le falta madurar algunos aspectos. Asentarse. Porque, evidentemente, hay mucho camino que todavía tiene para recorrer. Y lo cierto es que Emilio Rocholl parece tener bien claro qué es lo que hoy se puede hacer y qué no. Y proyectar hasta dónde puede llegar este espacio, con esta gente, o con la que se sume más adelante. No será poco. Con esta ópera de Purcell se inauguró la temporada de una sala, pero también un trabajo hecho en casa. A juzgar por el resultado, hay que darle la bienvenida.

400.000
personas

se espera que asistan este año a las actividades culturales programadas en el Centro del Conocimiento.

30
millones es el presupuesto

total estimado para este año de todo el Centro.

340
son las personas que trabajan

en los centros de convenciones, exposiciones, la biblioteca, los teatros y los espacios de formación.

300.000
metros cuadrados

es lo que ocupa actualmente el predio de parque intervenido por el Centro del Conocimiento.

4
óperas en 2012

Aunque todavía la programación no está cerrada, habría una reposición de Dido y Eneas, en versión con instrumentos de época; Bodas de Fígaro; El elixir del amor, y una cuarta que podría definirse entre La traviata y El rapto en el Serrallo.

Mauro Apicella
Enviado especial de La Nación

sábado, 2 de julio de 2011

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