miércoles, 19 de diciembre de 2007

LA ESENCIA DE LA NAVIDAD


Imaginemos una encuesta sobre la navidad. Una pregunta sería: ¿Por qué espera que llegue el 25 de diciembre? A la cual, el 98% de los niños respondería: “Por los regalos” y el 75% de los adultos respondería “por la comida y la bebida”.
Pero, ¿qué es la navidad en realidad? ¿Es una comida con los seres queridos? ¿Es una larga lista de gastos que incluye árboles, lucecitas, cohetes, juguetes, adornos y tarjetas? ¿Es una noche más de baile y diversión?
La palabra “navidad” es una contracción de “natividad”, como ya es sabido, en conmemoración del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo. En realidad no consta de ninguna manera que el 25 de diciembre haya sido la fecha real de dicho acontecimiento. Más aún si tenemos en cuenta que el calendario juliano que usaban los romanos fue reemplazado por el gregoriano que se utiliza en la actualidad. Ni siquiera se sabe con precisión la fecha, pero algunos expertos indican los meses de septiembre u octubre. Igualmente, fue elegido diciembre tomando algunas costumbres paganas, como ser la fiesta romana en honor a Saturno. También es bueno señalar que esta festividad no se celebró en los primeros cuatro siglos del cristianismo, sino que fue incorporada al calendario eclesiástico alrededor del año 345 d.C.
Cuando los cristianos invadieron el norte de Europa se encontraron con la fiesta del solsticio de invierno, el día más corto del año. Era la celebración más importante que existía en aquellas tierras, y caía en el 21 de diciembre. Así fue que los invasores decidieron dejarles esa fecha tan importante y hacerla coincidir con la costumbre cristiana del natalicio de Cristo. De allí se infiltraron otras costumbres “navideñas”, como ser la del árbol con luces y, por supuesto, la abundancia de nieve.
Otro elemento tradicional de las fiestas de fin de año es Papá Noel. Aunque también es conocido como San Nicolás o Santa Claus. El pobre es otro que ha sufrido innumerables deformaciones a lo largo de los siglos. Comenzó como un sacerdote griego llamado San Nicolás de Mira y terminó siendo un gordo, barbudo, abrigado y simpático personaje materializado por un dibujante de Coca Cola. Si, leyeron bien: los fabricantes de la bebida más popular del mundo le encargaron a su dibujante que le diera formas agradables y más reales al mito llamado Santa Claus. Es así como, a principios del siglo pasado, se incorporó al imaginario popular y mundial la actual imagen del gordo de los regalos.
Si bien el mito de los obsequios estaba relacionado (lejanamente) con el religioso griego, su figura actual es una mezcla de cuentos europeos y costumbres norteamericanas.
Durante muchos siglos, la navidad ha sido una fiesta religiosa. Pero ya vimos la capacidad humana para desfigurar costumbres. Tal es así que hoy en día es más un acontecimiento comercial antes que espiritual. Será porque en estos tiempos se le da más importancia a lo material que a lo religioso. Es difícil frenar el ritmo que viene en bajada durante todo el año para dedicarnos un poco más a pensar en nuestra familia. La cantidad de gente que acude a los servicios religiosos de las diversas iglesias es cada vez menor. Lamentablemente nos estamos olvidando del sentido de la celebración de la natividad.
Pero sería bueno recordar, que aparte de todos los regalos que podamos obsequiar o recibir el 25 de diciembre, el presente más grande que ha recibido la humanidad es el que el mismo Dios no ha entregado: su propio hijo, Jesús, que vino a nacer como ser humano. Ese es el verdadero sentido de la navidad. ¡Feliz Navidad y Año Nuevo para todos!

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