24 y 31: en mi casa

"24 y 31" ya es el gran negocio de fin de año. Nada que ver con las fiestas más esperadas por la familia. Ni hablar del recordatorio del nacimiento de Jesús. Ni siquiera tienen que ver mucho las dos fechas: una es religiosa y la otra secular. Por lo menos, se podría respetar la primera, ¿no?

No voy a pedir que la gente no se divierta ni salga, simplemente que se distinga una fiesta de la otra.

¿Qué sentido tiene festejar el cumpleaños de Jesuscristo con descontrol? Música fuerte, alcohol, sensualidad y demás excesos son la norma en este tipo de celebraciones propuestas por los empresarios de la noche (que la "levantan con pala"). Se podría tolerar (?) en Año Nuevo, pero todo esto no tiene nada que ver con la Navidad.

Hay que reconocer que la Nochebuena ha perdido su sentido también en el ámbito familiar. En casi cualquier hogar va a haber mucha comida, bebida, borrachos y gastos al por mayor, lo cual tampoco le devuelve el significado cristiano a la celebración.

Esta noche, a las 24:00, que los cristianos recuerden -aunque sea un ratito- a Jesús, el salvador de la humanidad. Dejen la joda para Año Nuevo (¡e inviten! ).

¡FELIZ NAVIDAD!