
Ya se habían acomodado todos en el estadio cuando Talleres comenzó con el toqueteo en el medio. El equipo que ahora dirige Fulgencio Alfonso se acomodó mejor de contragolpe, con la conducción de Duré y las corridas de Márquez, comenzaron a encontrar espacios para vulnerar a una dubitativa defensa cordobesa y así llegó el segundo. Marczuk recibió un gran cambio de frente de Gamarra, la corrió hasta el fondo por derecha y tiró un centro medido que Cuqui Márquez, sin marca, definió con jerarquía para el 2-1.
El delirio era tal en Santa Inés que retumbaba hasta Posadas, era cierto, Crucero le estaba ganando a Talleres de Córdoba en un partido por los porotos en serio. Podrán decir que este equipo que orienta Rebottaro no tiene nada que ver con el que militó muchos años en Primera A y jugó copa Libertadores y Conmebol, pero tiene una historia muy grande, se nota que es un plantel de otra categoría y la prueba estuvo en la gente, que copó el Andrés Guacurarí, atraídos por el fenómeno “Talleres”. Pero otro descuido defensivo puso tablas otra vez en el marcador, con un centro pasado que Solferino, aprovechando que no salió a cortar el centro Schab, de cabeza la cruzó para el 2-2 cuando se moría el primer tiempo.
La jugada de Fulgencio
La segunda parte se presentó muy favorable a Talleres en el dominio del balón aunque sin profundidad. Crucero intentó presentar batalla más arriba, pero el buen pie del rival complicaba las cosas. No obstante Gamarra, de gran partido, se doblegó para recuperar y salir por los costados y Marczuk fue incansable por derecha. Duré cumplió otra destacada actuación y se lo notó muy enchufado mientras que Derlis, con poca participación, fue inteligente para generar espacios para un agazapado Márquez que esperaba el zarpazo.
Fulgencio recurrió a una vieja fórmula, el centro para la cabeza de Escobar Fretes. El paraguayo que llegó a Crucero llevado por Fulgencio hace varios años para el Torneo del Interior, casi no la tocó pero cuando le tiraron un centro, saltó y estampó el cabezazo de la victoria. Una gran triangulación entre Marczuk, Semino y Escobar, permitió construir un centro a la medida del atacante, que se elevó y eligió el destino del balón que se abrazó con la red. Gol y explosión en Santa Inés.
Con más de 15 minutos por delante, el equipo de Fulgencio se refugió, se acomodó con un 4-4-2 con el ingreso de Recalde por Soto y se defendió como sabe, (lo mejor que tiene) para edificar otra victoria en serie jugando en casa, aunque no fue una victoria cualquiera, fue la más importante de la historia del club, para que grandes y chicos que disfrutaron del espectáculo en Santa Inés, puedan contar dentro de unos años que Talleres de Córdoba, perdió con Crucero del Norte en Garupá. ¡Qué tal!
Fuente: Club Crucero del Norte.
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