Como dice el anillo del ferretero Grondona, "Todo pasa". Tanto la gloria como la decepción son pasajeras en el mundo del fútbol. Es a esta altura del año cuando esto se hace más notorio. Con el calendario invertido que tenemos en nuestro país, en el cual se define todo a mitad de año y en diciembre estamos a mitad de temporada, vemos festejos de ascensos y lágrimas de descensos en todas las categorías del fútbol nacional.
Veamos algunos ejemplos. Hace pocas temporadas, Talleres de Córdoba peleaba importantes posiciones en la Primera A... y Crucero del Norte (un club, no los colectivos...) debutaba en la Liga Posadeña. A partir de la próxima temporada compartirán categoría: el Argentino A. La T acaba de descender directamente desde la B Nacional y Crucero ganó la promoción del Argentino B ante Alvarado de Mar del Plata (¡de visitante!).
Por otro lado, un rival del equipo misionero en el Argentino B, hace solo 2 años, era Boca Unidos de Corrientes. Compartía zona también con Atlético Candelaria y Guaraní Antonio Franco. Bueno, hoy festeja el ascenso a la B Nacional, luego de ganarle la serie final a un abonado al "casi asciendo" como es Patronato de Paraná.
Además, es penoso ver como en Primera, el tercer grande de Argentina, Racing Club, festeja haberse salvado de la Promoción. A esto hay que agregarle que clubes tradicionales como Gimnasia de La Plata y Rosario Central se disputan no caer al Nacional o zafar de la Promo.
En Misiones es interesante también como cambian las cosas. Guaraní es el eterno participante del Argentino B, y ahora es el único representante de la tierra colorada en ese nivel. Como ya mencioné, Crucero se fue para arriba, y Candelaria para abajo (al Torneo del Interior, más conocido como "Argentino C").
No puede ser de otra manera, en un país en el que pasamos de la alegría a la tristeza en poco tiempo, el balompié no se puede escapar a esa realidad. Pero recuerden al "Padrino": Todo Pasa.
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