domingo, 7 de febrero de 2010

Testimonio desde Haití

El violento terromoto de Haití dejó consecuencias gravísimas en la isla centroamericana. Aunque el mundo sigue pendiente de la preocupante situación de la población allí, corremos el riesgo de empezar a olvidarnos del tema, a medida que se deje de mencionar en las noticias...

Hace unas semanas se presentó en este espacio la forma de ayudar concretamente desde Argentina y otros países (ver post anterior). La organización de ayuda humanitaria ADRA sigue trabajando fuertemente en la región. Prueba de esto es una carta que me llegó de parte de Patricia Müller, una voluntaria argentina que está colaborando allá, y que quiero compartir ahora. Leer este testimonio nos sirve para que no nos olvidemos de seguir apoyando esta causa, y como ejemplo del gran trabajo que está haciendo ADRA usando nuestras donaciones.

A continuación, algunos fragmentos de la carta:

"Realmente han sido días de múltiples sensaciones, no se puede describir con palabras lo que solo se percibe por los sentidos, pero no quiero enfocarme en lo malo, terrible, espantoso que la gente esta viviendo, sino también encontrar dentro de todo el caos que hay, algunos aspectos positivos e inspiradores.

Desde que llegue no he parado de andar, organizar, buscar recursos, conversar con la gente, apoyar en diferentes tareas, en fin, todo nuestro esfuerzo sigue pareciendo una pequeña gotita en el mar, pero así y todo vemos que esa gotita produce alivio, bienestar y esperanza en las personas."

"Al pasar los días la gente se esta volviendo menos tolerante, el poco descanso, la precariedad de sus albergues hacen que se vuelvan violentos y agresivos. En estos dos últimos días, el portón de entrada del predio de ADRA ha estado constantemente acechado por personas intentando saquear los cargamentos. Tenemos apoyo de la policía de Naciones Unidas y también de los Marines de USA. Además de la guardia privada que hay en el lugar. Realmente esta gente sufre mucho, y aunque hacemos todo lo posible, nunca es suficiente el alimento, ni el agua, ni los elementos básicos. Imagínense lo que es construir un sistema sanitario entre los escombros, para tal cantidad de personas. Además del campamento de refugiados, ADRA distribuye alimento en todo Carrefour, que es una ciudad satélite de Puerto Príncipe donde viven aproximadamente 500 mil personas.

Esta semana que paso tuvimos que ir por el centro de la ciudad, y no pude aguantar el llanto al ver tanta destrucción, los grandes edificios destruidos totalmente, los niños jugando entre los escombros, bebes sin ropa sentados en el medio de charcos de agua podrida, olores nauseabundos provenientes de los edificios aun sin remover, en fin, se puede ver y sentir a la miseria en su máxima expresión, pero increíblemente cuando le sonreís a un niño o a un adulto, te devuelven la sonrisa y se les ilumina el rostro. Se ve mucha gente caminando, muchos de ellos con las miradas perdidas, vacías. Incluso en el campamento, donde la gran mayoría es adventista, es muy común ver a personas sentadas en el suelo con el rostro bañado en llanto, o simplemente mirando al cielo fijamente."

"Me toca coordinar el programa post trauma para todas las personas del campamento pero especialmente para los niños. Hemos estado entrenando gente, con dos doctoras en psicología que vinieron de Loma Linda, y tenemos un hermoso equipo de unas 100 personas listas para trabajar con los más de 4 mil niños que tenemos en el lugar. Cuando nos ven caminando por el campamento empiezan a gritar “Blanc, blanc!” y nos saludan con sus amplias y blancas sonrisas. Estoy totalmente enamorada de esos niños. Todo lo que han vivido, y sin embargo sonríen."

Les aseguro que nunca imagine que las oraciones fueran tan concretas, palpables, visibles. Dios se manifiesta de una manera singular e inconfundible en este lugar. Hoy justamente había estado conversando con un par de personas muy afectadas por todo esto y mi corazón se entristeció por no poder hacer mas por ellos que darles un abrazo, escucharlos y compartir sus lagrimas, pero cuando volví a la oficina, en el deposito estaban descargando un camión y los voluntarios se pusieron a cantar en diferentes voces, como un coro, himnos de alabanza, y el que me emocionó mucho fue "Cuando allá se pase lista" y "Firmes y Adelante". Se me puso la piel de gallina al escuchar la fuerza, la pasión con la que cantaban mientras descargaban el camión. Nunca sabrán que sus voces fueron una caricia del cielo para mi corazón."

"La estación de lluvias debería comenzar pronto, pero estamos orando mucho para que eso no ocurra y se demore lo más posible, porque eso produciría muchísimas otras consecuencias, sin edificios donde refugiarse, con la contaminación reinante y con las pestilencias que esto acarrearía."

"Muchas gracias por orar, por mantener sus pensamientos en este pueblo que tanto esta padeciendo, y también en los trabajadores no solo de ADRA sino de ciento de organizaciones de todo el mundo que están dando lo mejor de si para aliviar tanto dolor. Mil gracias a los que están colaborando con recursos, muchos o pocos, todos son importantes ante tremenda necesidad."

(En la foto: la autora de la carta citada, Patricia Müller, de ADRA Argentina, haciendo su trabajo de campo en la zona de Puerto Príncipe)

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