
Ese mote tantas veces sacado a relucir por el hincha de Independiente, a partir de la historia rica de su copero club, podría sonar irrisorio a juzgar por lo que se observó ayer en el Cilindro. En Avellaneda, más que nunca, el orgullo nacional fue Racing. La sangre y el apetito, componentes que nunca debe faltar en un equipo, los tuvo la Academia. La mezquindad y la hibridez dejó en offside a un rival que pareció con el estómago lleno antes de sentarse a la mesa para comer... (Diario Olé)
N de R (para algún perdido): el clásico de Avellaneda entre Racing e Indep$%$&%&= fue 1-1 con un gol de Franco Sosa sobre la hora.
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